jueves, 17 de marzo de 2016

Huesos







Un cuello de àrboles, serìa en otro 
tiempo, el requiem de una lampara para
los adioses.

-tambièn la mitografìa-

Los àrboles se despedirìan entre ellos
con pensamientos de animales que recorrieron
tantas veces la muerte.

Un matìz escarlata en un vuelo de oro, reafirmarìa
el evento de que siempre estuvimos lejos del cielo. Lo 
ùnico que nos ata a èl es la mirada.

Esa es la tragedia de la mirada, no poder
tocar

Nosotros 
-una vez mas- 
estàmos en ella de paso.

Descenlaces de palcos con antiguas dinastìas 
ordenadas por un menguante entre esferas de diluvios
donde la carne entra por la luz a un orificio negro en
cuya poesìa logra aùn  a si mismo el hilo
presagiarse. Sòlo el hilo.

Y eso -al menos en esta mañana- es todo para 
aquellos que provienen de los huesos.















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