lunes, 7 de marzo de 2016

Poema






Pienso en esta anillo que tambièn es un circulo.
En los relieves tan extraños en èl.
En esa intensidad que no conoce de hojas y se
asemeja a un solo brillo ante la llegada de los hombres.

Los hombres conocen otros brillos.
Convocan otra fantasìa.
Sus soledades poseen algunos talismanes
que son anudadas por trilogìas donde
son barajadas las siluetas.

Alguna de tales siluetas se convierte en sombra.

Medito en su circulo sòlo por individualidad.
Sentado una y otra vez en las cenizas.
Proveniente de los huesos y las mareas. 
Nihilista a veces como el sentimiento de un barco
que tiñe de ojeras sus màstiles.
Totalmente amarillo en las uñas igual que
las plagas y los azotes.

Convertido en niebla a veces por la ilusiòn.
Entrando por los ojos a las pupilas.
Recorriendo los parpados donde los tallos elaboran
resurrecciones como encantamientos.

Todos arrastrandose en los edificios del aire.





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