jueves, 24 de marzo de 2016

Los Siglos de la Mirada








Aprender a escribir,
Dejar una cualidad en el todo.
Olvidar por la mañana el adjetivo cuando 
diminutas ceremonias de chimeneas me inundan.

Llamar al diamante desde pequeñas oleadas
de mantequilla. Construir menguantes de sal para
volver a la luz como un rumiantes.

Pensar que toda metafisica es una hoja y yace abandonada
junto a un elefante cuando es disecado por un
instante.

Ser la imagen profana de un proselitismo
que viaja entre agujas por la noche.

Aprender tan sòlo rodeando las cosas que el mundo
trajo para si mismo. Cosas empiricas semejantes o diferentes.

Objetivos amarillos donde los camposantos unen sus grilletes
y los bozales de la continuidad se peinan.

Aprender a escalar.
Subir a un musculo. Recoger el sudor de cada gota en
la frente de modo que sòlo quede una gota. Caminar por un
puente de gerundios. Preguntar a la gramàtica por el 
modo.

Dislocar. Ser dislocado a cada instante por la realidad
en la mente.

Llegar a esa mente lleno de pasos que indiquen
al viento la direcciòn de los buhos.

Las casas donde se juntan para buscar un dije en los
pendientes.

Describir. Humedecer. Juntar una mariposa a una 
vela. Escribir de manera que el oceano encuentre a cada
instante sus ojos.

Y nos ofrezca los la mirada de los siglos desde sus ojos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario