miércoles, 16 de marzo de 2016

Verano





Ahora que amanece y en el jardìn dejan de moverse
las hojas extendidas en la ramas. Ahora que el calor del 
sol hace mas lenta la caminata del aire en el viento.

Hoy que ese peso hace màs pesado el nuestro
al respirarlo y los pùlmones preguntan el porquè.

Hoy que no podemos a nuestros pulmones explicarlo.

Ahora que de los poros emergen pequeños oceanos
que llamamos sudor.

-què peces y monstruos los habitaràn, què hombres
y navìos se habràn ahogado en ellos-

Hoy que el corazòn camina entre calles ardientes
que -imaginamos- hacen suyos el fuego del infierno.

Ahora que amanece y que ese fuego del infierno
es todo nuestro paraiso.

Arcangeles y mitos. Dioses y prendas de epitafios
dorando este atardecer de ardiente cobre en los huesos.

Hoy que amanece y los capitulos del acero bajan
de los espectros, dividiendose. Conjurando a veces una
especie de dialectica.

Hoy que las manchas en la piel del rostro de un niño
son finisimos apocalipsis y la infancia en el niño se aproxima
a las piramides.

Y caminamos bajo oleadas de dones para oir las palabras de
los leviathanes.

Hoy que amanece y todo se encuentra en el prefijo.

Como una mortal mitad de un neologismo.








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