martes, 2 de junio de 2015

Las Escolleras de Agua





Las extrañas lilas que el sol masticaba y en el
punto mas alto del ardiente verano engullía.

El lejano otoño de las garuas y las grevas que
un relámpago dejaba en la arena, con la experiencia
de una conquista o una ampliación del musgo en 
los fanales, donde un eslabón arriaba escolleras de 
agua.

Crestas donde el brillo marino era el extasis.

Una semana sobre un eclipse del verbo en una
conjugación boreal como los equinoccios, donde la
apariencia de la espuma muerde la fisonomía
de nuestras escaleras, de nuestras
constelaciones.

Enigmaticas revelaciones cayendo desde aquellas.
Angeologías de ecos detrás de los ejemplares en
los interiores de una bocina.

El onirismo de la palabra, conjurando
ordenes de reptiles y por la ventana, esa anatomía
de un culto a las branquias, esa anatomía del barro
y las trochas.

Coherencia de jarcias en embarcaciones de 
acrilico. Compuestos de peces en la revolución de
la espuma.

Naturaleza con antecedentes de puntos
imaginarios donde algo relativo al texto empieza
a ser semejante a una oración, al centro de la noche
en una grua...

donde el pubis del pergamino es creado.






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