martes, 23 de junio de 2015
El Pensamiento del Desierto
Viviré al pie del agua.
Entre orillas que atan sus circulos.
Entre periodicos que amarran el mar porque
es una forma de observarlo distinto
desde todas las poleas.
Me detendré en el tallo para pensar que
algún sufrimiento no puede ser como el aire
ni las grandes escaladas de pelícanos inmensos
trayendo la tormenta en sus picos
y afirmándola de paso.
Mi sonrisa será devuelta por un espantaparo.
Inundaré mis manos de esa poesía que un adolescente
declina en su boca. Lo observaré porque
es un adolescente con peninsulas
como el fín del universo
en las bahías de su frente
cuando las lechuzas traen una
archipielago helicoidal. Una mesa
de invierno y sal en todos los movimientos
es parte también de ello.
Además en su espíritu
yerran conmociones de moscas.
Nunca sabemos que hacer con ellas-
Conmociónes de una salud dialogica, un titulo sobre
de exodos, traidos por las piedra que escondía relojes,
trayendo una ilusión a las gaviotas que
ensortijan en ella, representaciones
y ensayo en las columnas de cefiros
desnudas como un garrochas.
Viviré en una sola puerta.
Creo que de esa forma adquirimos sólo un
un hueso,
el ombligo del nucleo de plasmas
bajo la madrugada, es otro de esos huesos.
Heterodoxo como un hipodromo.
Violento como un ser de
es asi como el coloquio de los trenes
inclina en el hombre sus naranjas,
su puerto de linces asolado por la humedad
de un telescopio amarillo como la seda,
como un batiscafo que cuenta
los angulos de un automovil que cruza
y crece entre las uñas.
Semejante a un saurio entre
la arena.
Donde siempre lo único que despierta es
un pensamiento, es una luz guiada
a las celulas,´para poder
hablar con nosotros de
desiertos.
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