domingo, 28 de junio de 2015

Las Raices de Cedro






Alguna oraciòn de pinos.

Alguna hipotesis del agua cuando las
cartas vivìan y en medio del manantial el
verbo te esperaba, escribiendo en el aire otros
nombres.

Esos nombres...

La astrologìa del mar que escribo para ti en
un lugar secreto.

Los horizontes...!Dime si alguno no es de pìedra!

En ellos la orgìa del elixir te encontrò
en un borde acariciando la periferia del granito.

Y ese momento hizo de ti, una flexiòn, un
hemiciclo, un nicho de luz como el ambar penetrando
un portico, una alhambra, donde se hacinaban
los treboles igual que una fibra en las
caletas.

Alguna oraciòn domèstica.
Hialinas, homogenea.
Compuestas por imagenes sagradas de sintesis.
De poesìas fabricadas siempre por un lampo.

Un lunar hacia la retòrica en ellas, escalando a
la yesca donde las civilizaciones conjugaron 
la soledad de los puertos, el espìritu del
jaguar, la herrumbre de gris y el
vertiginoso regreso de la espuma 
al oceano, atascandose sòlo
en las raices que los
cedros
habìan dejado crecer aquel amanecer en la playa.

Y de las cuales el mar no se habìa dado cuenta.

Igual que tù ahora, mientras se atascan tus pies 
en la orilla.






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