sábado, 27 de junio de 2015

Numismàtica





Conozco la entrada a este oceano.
Està en algùn lugar de la orilla, varada
en un punto de la arena.

Conozco la puerta al mar y no porque 
me lo hayan enseñado los unicornios; es
algo màs. 

Y si no fuera asi, igual
conozco lo que me han enseñado 
los unicornios.

Yo me pierdo en la arena porque puedo
decidirlo. 

Yo me olvido de mi mismo en la marea
porque asi vuelvo al dialogo con las olas.

-las crestas de esas olas baten el polen ahora-

Miro las ventanas de las casas de esta
ciudad, donde sòlo las constelaciones buscan
su reflejo.

Y miro el planeta que conservò tus senos
para un dìa prohibido sentado en los arpones
de la sangre, entonces los demonios se
dedicaban a la numismàtica.

Y algo semejante a nosotros traìa
estampas para ellos.







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