sábado, 20 de junio de 2015
Que la Noche Sea
Que la noche sea otra realidad.
Que descienda entre conjuntos de piel
con ese aire soterrado y puro de las alegorìas
y las silabas enteras escribiendo en las puertas,
sobre las agujas, los patios y los rieles.
Que la alusiòn al oceano sea inmensa
como los prototipos de cera
que yerran debajo de los bosques, cuando
aluden a un verano de goma semejante a las marismas o la
energìa del medano es un proceso lunar
o una expresiòn arquetìpica de luz
en las columnas, junto a una
antorcha
donde viven y se agitan las equivalencias.
Que sea un presagio la vibraciòn de los
corales, en un sonido de piedras directamente
con el helio o la vanguardia secreta
del pleonasmo en la pira
de un alfiler, donde
se citan los baules y la conmociòn se posa
en las alas del mar, allì donde los sigilos de la
contemplaciòn son la fantasìa de las
edades.
Y los lances?
Los lances como oboes que invisibles
encarnan el sol de un mar con luces de galeras
inmediatas, como el despertar de la ola en la orilla
o la formaciòn de una corona en los cabellos
donde las interrogantes son capitales
de inquietud o estrepito
derivando a las preguntas.
Que todo sea como el poema que està escrito
en el cielo.
Y sea el vuelo de los pàjaros quien
a cada instante lea en ellos...
A cada instante y sin decirlo...
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