martes, 16 de junio de 2015

Los Antilopes de las Sienes





Bajo esta adolescencia, son antiguos
los antilopes en las sienes.

Marchan hacia el vapor con levantamientos
de minerales.

Beben del cefiro y descuelgan sus entrañas
desde imagenes que generalmente toman
minaretes del diluvio.

Y en esa adolescencia
el hallazgo de una nave, el placer sagrado
de la luz junto a un horizonte.

Y después, racimos de arena.
La intemperie en el ocaso con valles de 
circulos.
La salida del mar en una esfera.
Ese inicio sobrenatural del relato en las
cebras.
El acento de un vuelo y hacia el sol
ese espectorar de los barcos
en sus mástiles.

Goznes de entrañas. El aliento
descendiendo paulatinamente al oceano,
lleno de ríos y maquinas procelosas
en la industria del eco y las
bandadas.

Bajo esta adolescencia el vahido 
de la escama.

La silenciosa bengala cortando los
destellos del mundo.

Lo fundamental como un territorio de
avispas colonizando la marea.

Lamparas de ensueño inclinandose
hacia los papiros.

Liquidos de verde junto a un candil
donde vibran asteroides; aquí nace un
jardín y el hecho providencial del 
lenguaje como una transparente
academia de sol en los labios
enciende sus limites.

Hasta un amanecer donde los 
panoramas se hunden.

Y todos los antilopes del universo
vuelven a las sienes.

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