domingo, 28 de junio de 2015
Despertar
Iba a vivir en un huerto.
A tener cenizas y citar lo indispensable.
Iba a trepar las murallas en busca de
una huella y si podìa acariciarìa lo sinòptico,
iba a desear como lo hace un patronimico.
Pero el genero llevaba liebres.
Transportaba gènesis en alguna de sus bocinas.
Era tecnocrata y evocaba a cada instante
las esperas que posee cada
golondrina.
Me dedicarìa a tensar puentes
y espiralizar en el ùnico punto que posee la herida
de un cuadrado.
Iba a ser cuadrùpedo como una media.
Pronunciarìa tu nombre sin necesidad de ser
referencial. Pensarìa monològico.
Casi habrìa aprendido a ser
un murcielago.
Iba a presentarte a dios y no porque asi
lo buscaban las sienes, sòlo era un trato entre
los rieles y los telescopios cuando yo estaba dormido.
Y en el fondo de su corazòn -pensaban- de que
nunca iba a despertar.
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