jueves, 4 de junio de 2015

Rituales




Tanto tù como yo somos aquello ideal.

Aquello ideal...

Irreal como un poniente de dibujos
en la silueta de un alfiler.

Ambos esperamos que un dìa desde allì surgan
minotauros y peciolos.

E imaginamos la forma en que ello
suceda.

Tanto conocemos y tan poco hemos 
escrito, que todo silencio en nosotros es
una boina.

Un encuentro con los bolidos es ese mundo
que cruza la tarde como un huevo. 

Y luego un respiro
confeccionado por los druidas y las
abdominales canciones de las plantas.

Tanto tù como yo grabamos palabras
no porque sea extraño escribirlas, es misterioso
que la brisa las recoja o las rafagas de 
junio las transforme en tallos.

Para ello existe las melodìas que trazan
en los oboes su telemetrìa.

Ambos recogemos el mismo azufre de
la nieve para reconocernos.

Siempre lo hicimos, siempre lo haremos...

Es la ùnica manera de darnos cuenta que
vivimos y morimos entre rituales.





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