domingo, 8 de diciembre de 2013
Poesìa
Aquì crecieron los pàjaros.
No tuvieron que elevarse al cielo para
conocer la muerte. No tuvieron.
Vivieron como presagios, sus plumas
formaron desembocaduras y algunas veces:
engranajes.
Nunca retrocedieron ante la llegada del mar.
Sabìan que en las aguas terminarian su destino.
Jamàs los conocì, a pesar que sabìan de
celulares y electrodomèsticos.
De sustancialidades y esas cosas.
Y dada mi naturaleza, algo debiò llegar a mì
desde sus tendones.
Pero me involucre una tarde en que las
cosas tambièn se involucran para
transformase en pàjaros.
Me involucrè y es dificil ser un pàjaro
que no proviene del mar
y se alimenta del sal
como la arteria.
Aquì crecieron y navegaron esos pàjaros.
Aùn hay orillas y restos de navìos que
convierten cada uno de sus dìas
en leyenda.
Y ello: es lo màs desgraciado que
a cualquiera -sea pàjaro u hombre-
le puede pasar.
Guillermo Paredes mattos
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