jueves, 19 de diciembre de 2013

El Poema y la Naturaleza






He visto ejemplos de poemas.
Alguno se acercaba al diluvio, otro 
llegaba de la noche para estrecharse
con sus adivinos -tales- lo aguardaban en
el alba.

Poemas con el anuncio de una plaga.
En sus versos habían insecticidas, largas filas
de químicos, soledades como las
de un bastidor o una quimera de moda:
tal sincronía dormía en los ojos de
un forastero: lo ví
en la secuencia del alcohol un ocaso
de alfiles.

Poemas...

Algunos analiticos.
Algunos comulgando con la exegesis de un
día tranquilo a babor cuando los tentaculos
del oceano aguardan a quien los 
escribe.

Pero este descansa en el mástil
donde el barco da vida a sus velámenes.

-tal figura demuestra lo inasible-

Otros poseen perdigones.
Notas individuales como la historia personal
con un poco de astrofísica en el pecho.
En ese aspecto hay más astrofísica
que pechos.
El lado carnal de este verso no importa mucho
después del odio o el amor. De la vida
o el mal. El lado especifico de esta corriente
es neutral a modo de agua
para que sólo la naturaleza se alimente.

Veo caminar poemas.
El lado boreal de su desierto recuerda
las ironías con que su versar
llegó al lado boreal de su ironía: esta parafrasis
es sólo una repetición y si es mencionada
es para evocar la lejanía con que
recibo a los higos
después que se acomodan en un lago.

Ello sólo me da cuenta de lo imposible.

Y tendido en la arena de ese lago
me acomodo para ver como debajo 
de las aguas se pudren.



Guillermo paredes mattos



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