domingo, 8 de diciembre de 2013
La Sed del Universo
Vestales de criptica mediterraneidad.
Salmones de proeza derramando un simio.
Frota el día su navegante sofísitico y esa corona
enterrada por el escarabajo en una sombra
donde la cavidad ata mandibulas
para un continente.
Planetas como un fondo de babor: distante
la estética del oráculo ante el cual
cada palabra del universo se detiene
buscando el destino.
Y ese destino crea un verso.
-puede crear otras cosas-
El poema de mantequilla o coherencia.
La costanera junto al archipielago donde
camina al poema sin saber
que en él lo aguardan los druidas:
los esperan los halos.
Teogonicidad en la generación
de los pistilos.
La tierra en los brazos de ningún resumen.
El lastre y la fogata antes del caos, donde
serpentean nauticos vacíos hasta una puerta
de filigrana y frio como al oscurecer o
exponer un vaso
en las tinieblas.
El ocultismo de la fragata nuevamente.
Dedicadas al fenómeno del verbo cuando yace
o miente en cuclillas, cuando es necrológico
como un brío arcadio
dedidado a las moscas.
Donde flota la oscuridad del temperamento
reconociendo el polen
de las tinieblas.
Y lo único que puedes haces, es conducirlo por
la sed del universo.
Guillermo paredes mattos
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