lunes, 23 de diciembre de 2013
La Voluntad de Flauta
Tengo un equilatero, pero eso es pequeño.
Una palabra junto al pensamiento
-ninguno de losdos son dorados-
existe en esta mañana un afán
por caminar muy de tradición y escalpelo. Sumamente
monologal cuando pisa, cotidiano con una dedicada
persecución de orificios.
Siempre habrá una afición por los nichos y además
de empezar, haber perdido la esperanza -si acaso
la tuve- de que la palabra detiene un día todo
lo escaso y fiel en ella, hay que atiborrarnos
en su fermentación hasta caber como
una plaga.
Ser una cabeza de mil ojos siempre será
doméstico y más que puro una forma
de exagesis modesta. Modesta desde la
onomatopeya o los asilos de un anillo
donde las siluetas iban a la sombra
con un canto.
Hay un equilatero
- a veces creo que me pertenece-
en él camina siempre una flauta.
Mi espíritu no busca su palabra ni
su pensamiento.
Mucho menos su
canto.
Parece ser de acero.
Y tener ciertos sonidos.
Carnivoros y desnudos como una
flauta de nieve.
Guillermo paredes
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