martes, 24 de diciembre de 2013
Hechos de Acrilico
Vivenciales.
Transculturales como el tallo que
al reconocer un verano, decide morir
en la memoria de una primavera.
Iniciados de puas.
Y el dolor
-cuando no el dolor-
Impregnandonos. Tocandonos con el
filo del tropico. Con la estación seca de
la llamarada. Con el atlas del relámpago.
Existenciales de acuerdo a la experiencia
y la experiencia misma al revelarse
con la disposición de alguien que
narra la vida desde
un halito rosado
donde oblicuaba el monje
-por decir-
un sustantival monasterio.
Luego zanjas de piélagos, una ciencia
en la apariencia
replicando un hecho de acrilico
donde la fluorescencia
explica el celo de
una idiosincracia en la orilla
donde lo lejano
es aplomado por el intelecto.
De acuerdo.
Pero ese no es todo el infinito
de la mente ante ello.
Guillermo paredes mattos
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