lunes, 30 de diciembre de 2013
La Aguja en los Cabellos
Bebì una aguja del pelo, por coincidencia.
En semejante figura mi sed fue casual; pero
no importa que suceda
sin pronunciarme ante ello
como un dìa màs, donde otra aguja
vuelve a ser digerida igual que el liquido,
como acontece ahora.
!Ello es tan lìrico!
He bebido muchas veces con
explicaciones y un pedazo de nicho
sumergido en la hierba. He bebido
asido al lenguaje del ideario
sin fantasias de una curva
o el fenòmeno
de las verdes antinomias
de mi boca.
Ya entendì que no es trascendencia
y comprendì que a falta de religiones
el pelo no puede conjurarse y las
invocaciones llegan como un presagio
o un mirador sobrenatural en la linea.
Por coincidencia dejè de caminar.
De presenciar los calendarios.
De repetir como formas de avellana
el sol caliente mientras asciende
a una trascienda.
No puedo elegir nada de las bovedas
donde una aguja es relativa.
Es necesaria que ella duerma.
Que tenga la ternura necesaria del abismo
en el pelo.
Es importante que sea inconcebible.
!Entonces podrè tocarla!
!Entonces podrè beberla!
Guillermo paredes mattos
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