martes, 17 de diciembre de 2013

Evidencia








A veces el sentimiento está solo.

Es un momento por lo general inevitable,
por más que deseamos que sea insurgente,
revolucionario.

Algo rebelde como la flecha de baja del aire
llevada por una corriente.

En su punta de acero brilla el sol.

Es una pena que ese brillo nos deje extasiados
sólo al romper el aire. Al ser
complice de la
gravedad.

Como si la gravedad no tuviera ya tantos
complices.

Y como si en ella -hablando de nosotros- no tuvieramos que llevar 
tantas cosas: nuestra existencia -por ejemplo- la cual es sólo
un exodo. El logro más parafernálico.


A veces, el sentimiento está solo.

También pueden afirmarlo las jabalinas.

Lo cual nos llevaría a otra parábola semejante
a la del arco y la flecha, mas no del sentimiento.

A este le es dificil hallar sus propias
parábolas.

Por lo general en sus alegorías es necesaria
la presencia del acero.

-esto es subjetivo, es obvio-

El acero separando la carne.



Guillermo paredes mattos

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