viernes, 6 de diciembre de 2013
Logistica hacia la Desesperaciòn
Aquì creciò el oxido.
Lo descubrì un amanecer cuando el hierro
celebraba su caida.
Lo vì y para alejarme de èl, tuve que definir
al seguir hablando en su color; de lo
contrario, escribirìa estereotipos.
-era màs facial que alimentar cometas-
Alguna especie de tòpico.
Pero nunca habìa distorsionado puas.
El elemento con el cual cuadrè mis planos
de emergencia, no tenìan
historias en mis uñas.
Yo no tuve logistica para reconocer
que otros jardines son los que equilibran
el universo sin necesidad del conjuro
porque eso ya es un conjuro.
Y no personifiquè
a los relojes con su lustre de retina
porque los pañuelos llevan cintas
iguales a la redenciòn o la
iglesia con su montura
escenica de
ceremonias con enjambres que
tildan monasterios y
toman elevaciones de acusticas
con travesaños de venus
junto a una plaga.
-escencialmente biblica-
En la cual, derive a los objetos
entre santuarios de
desesperaciòn.
Donde con o sin motivos
la creamos.
Hasta que ella vibra
en su imperio.
Llena de gnosticas dinastìas.
Guillermo paredes mattos
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