martes, 24 de diciembre de 2013
El Secreto de los Himnos
Ya habìa dejado este punto sobre la naturaleza.
Mi miedo en èl habìa sido olimpico.
Ya me habìa ejemplificado donde los pasos no
tienen otro sesgo que la locura.
O al menos eso percibìa.
Me detuve en los tejados esperando a los asteroides.
Alguno tendrìa que caer igual que un cometa.
Alguno escribirìa primitivamente como se hace
en lo lejano: allà entre otros fractales y otro
tipo de fìsica, asi mostrarìa sus antònimos.
Y habìa escrito mi lista de ignorancia.
- puede la ignorancia ir singularizada, eso no
es importante-
Mi cuaderno sòlo ante mì.
Mi sensibilidad tal vez de modo incompleto.
La intuiciòn incorporando vortices donde el universo
escribe del ritmo y las ballenas.
Ya habìa entendido que el coro
es una iniciaciòn en lo alto del filo
donde brillan las espadas.
Y me habìa confundido con el fuego
sin entender realmente
el idealismo de su llama.
Su filosofìa a modo de pàjaro y reglaje,
de canto matinal mordiendo
la mirada.
Y estilizè sin ninguna apologìa los mètodos
en el viento al ser esterilizado: asi dormirìa
en un cefiro.
Ahora comprenderàs el golpe de la rafaga
al tocar tus timpanos.
Sòlo recuerda los himnos que celebran esa
muerte.
Guillermo paredes mattos
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