jueves, 26 de diciembre de 2013
Poema
Sólo es un grito. El sonido lo detuvo en
tu garganta. Nunca llega completo a tu
boca.
Un grito. En él las cuerdas rituales bajan
de la leyenda llamándote con otra superficie.
No llagaré a conocerlas todas. Antes de ello
mi voz será la resaca que vuelve al oceano.
Esa voz a medias. Sin mareas ni templos
prehistóricos, sin cabañas ni luces que
reporten historicidad o petroleo según los
arcos del iris y la identidad del cromo.
Lo recordaré porque lo hipocondriaco
será más popular entonces; mis cartas
astrales serán de platino mediterraneo
y debajo de la tierra los escarabajos
seguirán destilando cosas citadas por
una rebelión en estados de arena.
Estará en mi nostalgia porque asi se
despiden los adagios, el temor feromonal
a ser incierto como esas frías mañanas
donde la vida es austera con nosotros
para que decidamos que esto es todo
lo que desaparecerá con nosotros.
Un lenguaje. Una cartografía compuesta
desde el barro. Mi emotividad llena de
zinc que el aluminio habrá disecado.
Sólo un sonido que duerme silenciosamente
en la garganta.
Donde algunos hombres encuentran sus
puertos.
Guillermo paredes mattos
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