jueves, 30 de abril de 2015
Poema
Deberìa haber escrito un poema.
Un poema que dijera màs cosas de lo que
las palabras pueden decirnos.
Uno que encontrara en el recogimiento
el tacto amarillo con que la trascendencia
recoge las tizas y los daguerrotipos.
Uno lleno de hierro en el corazòn.
Ofreciendo a los àrboles la esperanza de
convertirse en màstiles sobre los barcos un dìa.
Un poema que fuera capaz de arrancar toda
su vida de un sòlo jiròn y anexarla a una pluma.
Uno con sombras de polen y arroz.
Con ciudades de trigo, no exento de civilizaciones,
reptiles y moscas.
Un poema que en cada presagio escondido en
sus palabras, se hubiera dedicado a sugerir
y conceptuar, a deliberar y abstraer
a organizar cosas como la personalidad entre
notas de musgo invadidas por el frìo.
Lleno de trompetas.
Capaz de llevar una resurrecciòn en cada objeto.
Un poema que estuviese sembrado de opuestos
y dragones.
Una poesìa en èl que meditara en todos los
contenidos de la llama,
entre verosimiles parpados de truenos.
Un poema que pudiera colgar de las raices tanto
como del barro, lleno de
simplificaciones y opalos en sus tejidos.
Lleno de mercenarios en el punto y el calibre,
que haya escrito del ser en las canteras,
que se haya encontrado con dios en sus humeros.
Un poema de genealogìas de perro,
con voces densiometricas de trasatlanticos.
Que pueda por la noche ofrecer cetros de aluminio
a los titanes.
Que comparta sus estelas nada màs con el oceano.
Y estas nos marquen el rumbo que ha tomado.
Ajeno siempre, desconocido.
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