martes, 28 de abril de 2015

Poema




Debe haber pasado un dìa.
Los àrboles se sientan en los desfiladeros
para escribir de sus escamas.
El  mar està desnudando una casa de sal
muy cerca de su orilla. Hay alfiles que caminan
con ese mar hacia lo primitivo.
Se siente un vacìo donde el poder a flanquear
el derecho, es un presionar de la arena,
una pulsiòn del medano.
Despiertan lamparas de ningùn aniversario.
La porcelana ciega de un grito.
Las aves se abstienen del cielo.
Las humaredas se inclinan ante un viento
que llega de los bosques, pero no siempre de ellos.
Mi humanidad de sabueso sube a los claveles
donde sòlo el cuarzo es quien percibe.
En la boca, sucias flores de diamante toman
una batista.
Sucesos de vidrio iguales a un escrùpulo
en la bahìa, son fragmentados por dormitorios
de granito.
La tierra se despedaza en un universo 
donde las brasas beben de los jardines, sòlo
el punto ardiente de la voluntad.
Debe haber sido un dìa.
Lo sè porque he contemplado millones de
noches desde que sucediò.
Soy conciente de esa vida ignorada por los
acantilados porque vivì en ella.
Conciente de la memoria dimensionada por 
los cabellos.
De la linea de azahar en las cartas
donde los mensajes siguen agitando sus
maleficios.
Para que sòlo la espuma que se queda en 
la resaca resistiendo al sol, lo crea.





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