viernes, 19 de septiembre de 2014
Sacrificios
Te pertenece esta casa incrustandose en alguno
de mis sueños e irisada.
Los muelles quemàndose en fraguas desconocidas.
El hecho del deseo derramandose en los parpados
y automoviles embanderados de gasolina.
Y debo ese muerto
con valles de fuego.Con cipreses de oboes
y una carta de aceite en las esquinas en cuya
inmensidad despertaba el silencio
del latido con un arnes en la
boca para que un ladrido
tirara de èl entre
nieblas.
Asi se hiceron extraños los paraisos.
-sobre todo de sol-
El aguardiente de la escama continuando su viaje.
El vahido con temperaturas de escarnio
como aquellos que sacrificaban
su religiòn en los labios.
Ese marco filosofico de feromonas y la adoraciòn
de las cruces una noche de inmensos periodicos
con los frutos y la mitologìa adolescente
entre emperdibles de pie
entre dramas.
Incluso los signos donde el magma nace con
la coherencia del lirio en un pais dotado de amapolas
y volcanes.
Ese espiritu de barro e insomnio enfrentado
a las paredes de una habitaciòn donde reclamaban
los peces un banquete y las truchas llenando
el horizonte de oropeles sangrientos -esto
tambièn lo debo- una puesta de sol
con una medalla extranjera
dormida en los cimbalos.
La intensidad del muecìn junto al botìn que
recorrìa los hechos con la propiedad de alguien
que sumergia entre la transparencia un cometa, una bengala
citada por la explicaciòn de una luciernaga
entre discursos sagrados.
Todo eso y un pedazo de lluvia.
Iluminada y siempre desvaneciendose
como todo sacrificio.
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