jueves, 25 de septiembre de 2014

Pensamiento








Pensaba en ese instante donde el reloj dobla en 
sì mismo la aguja rompiendo el tiempo. En la visiòn
en ese tiempo de su espìritu. En los ojos de la realidad cuando
sòlo el agua en sus superficies nos devuelve su mirada. Pienso en
el eco de un sonido que se transfigura segùn su ascenso a las
ramas y el canto en ello de algo infinito. Descubro que
pensarlo no es imaginariamente la lectura del ancla
rodeada de peces -lectura que ademas es 
milenaria- es tambièn caminar entre la
fantasìa de un eco que preludia,
de un exorcismo siempre al mediodìa de todos
los menguantes -algunos de ambar- de todos los meridianos
donde el sol deja de mirar en los sargazos y entrega esa tarea al agua.

Pero el agua nos engaña. Nos dice que el oceano
lo ùnico que agita son peces.






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