jueves, 18 de septiembre de 2014

Alameda Elemental






Con la memoria de un pais organizado sòlo 
por los rieles.
Con la fuente matinal del abrevadero cantando en
las dagas.
Entre actos que llevan situaciones de una palabra
buscando el lenguaje.
En los sitios de adioses y nocturnos.
Entre epocas separadas de los siglos siguiendo
a los pàjaros.
Junto al requiem. Junto al fruto colocado de manera
que llegara a un poema sin necesidad de
telemetrìas ni flores numismàticas.
Entre ceremonias y condecoraciones de cipreses.
-alguno en la legaña, otro en el cuadrante-
Mientras los juguetes eran de plastico y el oro
metafìsico de las estrellas volvìa al desencanto.
A la ruina del yelmo en los semàforos.
A los vestigios de una melodìa reportandose a
toda colina.
A una turbina creciendo en los alpes o a lo sumo
la ideografìa en una torre alimentada por
las rafagas.
Con el ideario de alamares sobrecogiendose en la
estela.
Con buzos de coherencia desprendiendose de
las ramas, pero no del agua.
En superficies de lipidos y liquenes siempre.
Autorizado para convocar a nadie.
Y preguntar a veces por quièn duerme conmovido
entre la nada.
Entre zocalos y moscas y disciplinas como la nave
y su trascienda de polietileno.
Bajo la plastilina que no sella el iridio de los puertos,
pero anuncia en el magnesio
un cientìfico.
Y todo cientifico siempre duerme entre presagios.









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