sábado, 27 de septiembre de 2014

El Universo de la Liana






El animal ha cumplido con el dòn. Ahora 
empiezan a separarse y sumergirse.
Lo percibimos con paises y capìtales encerradas
en ellos, màs o menos como la miga percibe que 
se encuentra encerrada en el pan.
Pero un dòn es cualquier objeto que lleva una 
zapatilla o busca un tigre en horas del atardecer
acompañado de claviculas -aquì deberìa
sentirlo por los huesos- pero
el animal llega a la huella o asienta en 
su piel todo lo legendario que oxigena el fuselaje.
El dòn en èl observa lo inutil y la particula.
El don parece rozar un nucleo con formas plateadas
de lavatorios. Se situa ante el sol sin una liana.
Mira algo que muevese muy seducido por follajes.
Parece una manìa por el verso o
la destrucciòn de los muelles. Es el 
acontecer del sedimento o la funciòn quimerica
donde las manos recogen una reliquia. Una funciòn
pagana del sol en las sienes lo guìa. Un acto recopilatorio
de alambras tambièn. Una provisiòn de miscelaneas
para ventanas donde nos saludan los
helicopteros con estilizaciones que arrancamos
para una imagen. Y es curioso hoy que no
lleve un anagrama para entender 
sus faunas exploradas por emperdibles
y el suelo que besa tal pesadilla.
Es curioso y casi tan imposible que aquel dòn
requiera de tulipanes como la mucosa. Tan extraño
que sus galerìas sea siempre de legañas
Y que al caminar al margen de todo
esto, sea mi corazòn el que 
busque una respuesta en ello.







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