martes, 22 de julio de 2014

Titulo de la Rosa







En cuanto atardece o los vicios del mar
trazan en la arena su milagro.

Cuando es temprano en los equinoccios y los ruidos
impregnan sus condiciones hechas de lamparas.

Formas de tremantes y es espero el liquido
de una ciudad escarlata.

Junto a los estuarios los ventanales llenan de
elementos las pócimas.

Como siempre una torre despierta y alguien 
muestra en ella sedimentos.

Las algas toman la hierba de la arena; aquella
mirando lo estelar.

Alimentas de agua estos vestigios: lúdicas
esporas de sangre por donde el idioma bate su
conocimiento.

Yo creo en el alma me digo
pero en el  momento de escupir
percibo una cruz gamada por la rosa.

Y sí cae debido a ello como
un pétalo.

Estarán mis manos de barro para
devorarla.








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