lunes, 7 de julio de 2014
La Estrella que Deletreaba
Allà la estrella que deletreaba.
El verano de una luciernaga sin flores.
El color de la orgìa antes que una linea se
descubriera escarlata derramandose en ella.
El sol fantastico. Por ende en alguna de sus figuras
inocente como la inspiraciòn o el destino, a pesar este
ùltimo de llevar centenarias condenas. Luego la orbita, esa
conjugaciòn de gravedades y planetas, de anillos y cometas que
cruzan el universo a lo lejos, pero equidistan de los planetas de
forma que ambos en sus viaje por una galaxia no se destruyan.
Tal encuentro serìa escarcha para nosotros.
Sòlo un molino de estambres. La caracola por donde el polen
mutarìa entre estribillos de auspiciosa soledad como la
que llevan los peces y pescadores. Tal encuentro
serìa un contenedor, la tregua de una bandeja,
la imitaciòn del palacio donde en cada
ladrillo la torre que intenta ser
creada, sueña en su insomnio
con una de babel y un
tridente.
Pero ello a Poseidon no le importa.
Y una de las puntas de ese tridente
- no las tres-
Bastan para sepultar ese universo.
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