sábado, 19 de julio de 2014

La Porcelana y los Zafiros






El vaivén del agua forma un tulipan, tal 
vez el último.

Un fantasma toma el cuerpo de una ola
que no volverá al oceano y complirá otro
destino en la playa.

La orilla despierta como un puerto amarillo. Con
ella el malecón disputa al horizonte una liquida linea
que sólo la imaginación preludia en una cinta.

El devenir presiona en las crestas una postrera 
caverna de espuma donde nuevamente se
despliega mi ignorancia.

Marchas ahora de liquidos panteones donde
la desnudes es sagrada.

Los azulejos del oceano se extinguen
entre buques quimicos.

Los muertos en la orilla observan tal espectaculo
pero siguen fascinado por coliseos romanos
debajo de la tierra.

Tales muertos aún conjuran tigres de oxigeno
con trapos de hollin en sus garras.

Quizá era la última vez que contemplaría tal
ceremonia en el mar, asi que arroje una historia
de porcelana que habitaba en mi corazón.

Asi, a tal corazón y a mí, sólo nos queda ahora
caminar a los zafiros.






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