sábado, 5 de julio de 2014
El Contenido de los Baules
No he llegado a la historia de ese hematoma en mis legañas
con un pròlogo donde exhibe el lampo de una
adivinanza, yelmos brillantes desde
constelaciones de muèrdagos.
Tampoco he caminado por las acertijos de los
trenes como si fuera a vivir entre resplandores de
luminosas patologìas con los fusibles
muertos en los rieles y mucho menos he despejado
en el lenguaje todo aquello que hacìa presumir una jerarquìa
buscando interrogantes como el hecho de no tener
disciplina, ni reinos de pañuelos una noche
en que exigianlo hurones.
Yo he sido mas feliz entre las frustraciones.
Y por màs que sea dificil hablar de felicidad puedo esbozar
algo de ella en funciòn de mi capacidad
para lo frustraciòn. Eso lo escriben en mi habitaciòn
cada amanecer las bengalas. Algunas poseen
aquello llamado temperamento: un desliz
celeste donde siempre fueran
tocadas.
Tuve personalidad para fingir y demostrar que mas de un
rostro no es suficiente cuando mi paseo
por una alameda en el atardecer
intentaba devolverme una vivencia
un pino
un ala de cavernas y de grutas elaboradas
por la inclinaciòn al exilio, a la administraciòn de aquello
que podìa tensar en mis labios. Y aquello que podìa
tensar en ellos siempre fue mas fuerte que
una palabra por màs que nunca pudiera
demostrarlo.
Mis funciones fueron verdes como un husar.
Mi psicomotrìa sòlo un arcano artillero heliocentrico.
Heliocentrico y manchando siempre los baules
Donde aùn duermen transparentes jaguares.
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