viernes, 25 de julio de 2014
Poema
Cuando alguien logra situarse como una
bandera.
Cuando alguien baja de un termitero con
las palabras de ningun semi-dios.
Mientras nos rendimos a la temperatura.
A la lectura del mal.
A la memorizaciòn del tatuaje.
Cuando todo indoeuropeo es asilado por
una aguja y un totem.
Y la sensualidad para encontrarnos deja
la cresta para ser milenaria: objeto de hollìn
y fabula de volcàn.
En las noches de experiencia o planicie
arquitectònica donde la piedra
logra sentarse.
Cuando ningùn alba es objeto y la lluvia
cae, la estrella cae...Con lo cual
otra visiòn de los naipes se podrìa afirmar
sobre los galgos y la pretensiòn
de cualquier punto en la estadia del agua.
Un punto devorado por la conciencia.
Un punto que luego de escribirse
vuelve a ser trazado en un laboratorio.
En cierta manera de escribir con el
minuto y el rigor de un nivel.
Que solitario interpreta desde la pureza
de la desolaciòn a los astros.
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