martes, 25 de marzo de 2014

Cofradía de la Carne






Hemos despertado con este viento
en las manos y sin saber què hacer
con su existencia llevamos la misma
por la orilla.

Pensàbamos que un viento màs grande
llegarìa del mar para reclamarlo y asi formar
sus olas o alguna cigarra, para crear
su sonido.

Pensamos, volvimos a pensar
en las cosas que llevamos en las 
manos -como un viento- que no pueden
ser tomadas por el mar pero sì
por un insecto para regar su
sonido en el espacio.

Despuès de todo esto, nuestro regreso
a la realidad ya no era el mismo.

La ràfaga acercàndose a esta
ceremonia lo decìa.

Y las cofradìas que llevamos en la
carne lo elevaban.





Guillermo Paredes

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