lunes, 17 de marzo de 2014

3 estadios del Labio y del Cisne






Usualmente el labio es el cisne. O el cisne el labio.
Eso lo decide finalmente la posición verbal de la construcción
en el universo del texto, si anhela ello.

Pero también el labio es fruto del mediodía
con una sinagoga en su estuario
y sus castas de imaginación en el estro.

Ahora el resplandor acaba de cruzar uno de los tantos
momentos que componen èste y no por ello deja de
ser un destello.

Lleva en las manos lo que los dedos dejan caer
y el acido convierte en providencia.

En divinidad de largas garrochas donde 
renace la garua.

                                 II

Pero hace mucho el cisne hablaba de manera
roja y era proclive a confundirse en otros colores
pues no diferenciaba el color rojo de otros.

Asi el labio se hizo negro.

Tal cisne continuò en actividad. Siguiò al barro
segun la intensidad del sol en el verano.


Empero el labio es a veces innecesario como un hilo
que es amarrado al borde de una lengua
para que sea seducido en la saliva.

Un labio puede ser a veces la leyenda de una larva
creciendo en esa saliva.

En lo personal eso nos conduce a muchas cosas,
una de ellas es la propiedad de una orbita.


                                     III

Mientras tanto el cisne recuerda un arco iris,
es decir un fluorescente colocando sus terminos
donde empiezan las cosas.

Una navegaciòn donde continuamos
en esta hoja si la balaustrada es infinita.

Rectilineos o curvos, como el canto de 
un paralelogramo.




Guillermo Paredes


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