sábado, 15 de marzo de 2014
El Idioma de la Carne
Como un infinito que en su sino
destiempla el pajaro cuando no es de vidrio.
Dentro de volàtiles alamedas en lo aereo.
Como una vocaciòn de ruidos
en la exegesis y los primeros hunos
invocan las cabañas donde una maldiciòn
aùn llega de lejos.
Entonces primitivas piràmides
como las espoletas son veloces espadañas
donde el ensueño esgrime un resplandor con
formas univocas de catalinas y
deseos.
Llega el tiempo en que al cerrar los ojos
traducimos el ejemplo de cualquier
manifestaciòn sobre la tierra.
De cualquier sonido.
El problema es que hemos llegado al
lenguaje, sì.
Pero no son sus palabras.
Guillermo paredes
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