jueves, 27 de marzo de 2014
El Muerdago del Sudario
Alguna hoja de sacerdotes.
La silaba buscando
una triangulaciòn en el hecho.
Providenciales informes que llegan desde
el pulgar como dociles frascos de hologramas
sobre una mesa, donde la alquimia es
moderna, màs no para la mistica.
Ambiciòn que respira entre virgenes pasos
que una huella borrò como una isla en un oasis
donde el viento trepaba junto a sudarios
de piedras formados por el mar
durante siglos
ahora que observo el traqueteo de una ola
mientras las gaviotas abandonan la bandada; ese
lenguaje incomprensible en la atmosfera.
Gotea el esplendor su ciclo entre la madreselva;
imagenes del muerdago nuevamente en
la memoria, como si una puñalada
de trueno tocara una mejilla de niño, la balada
de aura en las legañas, esa que tuve,
aquella que como un mastil de eter
piso las reencarnaciones y
los sucesos como quien
escupe una noche
en la soledad y su magia.
Todo el maleficio de su magia en el universo.
Guillermo
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