domingo, 22 de noviembre de 2015
Los Oràculos de la Tierra
La poesìa eleva una calle.
Un paisaje de humaredas en medio de
graniticos barcos. Un laberinto donde las cosas son
apuntaladas.
Un megàfono se aleja. La historia
del sonido en èl muestra el poniente de una
mancha de aceite. El viento posa en ella lo hialino.
Lo transparente. Las casas antiguas donde
la reencarnaciòn soltaba al pie
de un asterisco una danza, una fogata
de mercurio.
Cetrinas plantas de acuario en las uñas.
Puertas a travès de la energìa como una molècula que
desciende del latigo y el oboe. Como un iòn quizà. Hasta la
historia de un lago si pienso un poco mas en
las palabras. Hasta la multitud en el
pubis.
Territorios de arpas donde el balanceo de la
acustica viaja hacia una montaña, hacia un eje del
sol transformandose en tierra, en producto material de
una bengala que duerme entre centauros
y botellas de carne.
Soledades de espumas. Soledad como aquella
cuando el principio borra la escencia de un acantilado
para dar paso al precipicio. Al vapor de los trenes.
Al silogismo en lo profundo de un prisma.
A lo ecuestre.
Al enigma.
Enigma que despierta del polvo. Despuès de haber
encontrado oraculo en la tierra.
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