sábado, 14 de noviembre de 2015

Cuarto Creciente






En ocasiones es necesaria una foto alada de la 
supersticiòn. Un daguerrotipo donde crece el agua
invadida por un halo o un riel donde las boinas
vuelven secretas del sueño.

Y mientras recordamos, duerme un tallo su evocaciòn.
El papiro y un acuario reconocen una glosa. La educaciòn
se transforma en cometa y alimentandonos entre roces
de sombra repartimos microfonos al aire.

Nace el milimetro en un megàfono.
Nace con una corona de vidrio en los oidos.
Se sorprende de haber sido mitad de un aliento, tan sòlo
un cuarto creciente de la lluvia.

En ocasiones es necesario un hombre que haya sido 
preparado por las cenizas.

Que haya vivido nada màs que entre carbones.

Que haya dicho siempre no a las bengalas o haya digerido
la piel de un idioma como el nuestro, siempre adherido
a una metafora.

Siempre cultivado por extraños idolos en el interior
de la palabra.

En una metàfora escribo, porque siempre descendemos
de ella.








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