sábado, 14 de noviembre de 2015

Diario de la Imagen






La brisa como una via lactea desarrollandose.
La inedita vìa de una plaza donde brilla la cabeza
de una hormiga; el dìa es de un sol contemporaneo
y vanguardista como el tiempo. Los seres de hollìn
en el caos de la madera. La creaciòn desde el eter
hacia un patio amarillo de nueces. Un mamifero.

La originalidad en una liga de bronce y en el follaje
donde se desvanece. Reinan extraños mastodontes.

La mafia del anochecer entrando por un pais de
purpura en el corazòn.

La trascendencia que toma hoy el alfabeto de 
algo secreto-hialino. Los clanes del misterio desplazandose
en una horda. El espìritu del hielo en un hipotalamo.

La marina enciclopedia civilizada de un obrero en un
coso.

Tormentas de hierba entre ensimismadas feromonas
en el polen del iris.

Espacios por donde se filtra un hiato y el orden digital
de las cosas, reconoce el laberinto con el cual empieza una
tiniebla. Las silabas de espectro en un batel, el pleonasmo
de agujas tendiendose hacia toda vocaciòn de horizonte; hay
uno que no adquiere el nombre de distancia.

Un paso fronterizo, un baul de azucar.
El colegio del racimos.

La historia del navìo llenando de agua sus palabras. Los
limites oprimiendose entre valles de ideales abismos.
El relato donde se suele desertar a una frontera.
Los animales del trono donde sutilizan los pàjaros
cualquier efemerides velada entre algùn simulacro de nube.

El huerto del antilope acercandose a un verso.
El huerto de ese antilope oprimiendose en un arco 
hasta la sombra de los templos.

El huerto donde un puente de plastico juega con el ritmo
de la luna. El doquier. El planeta conjugando vellocinos de 
invierno contemplados por lamparas de carne
en el oido.

Por una de ellas escuchamos.

Aquello que en realidad pertenece a los ojos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario