jueves, 5 de noviembre de 2015
Las Bovedas del Mar
La flor caminando hacia el acido escribe algo.
Las bovedas son esta mañana del mar y representan
un destino dorado, un lenguaje de alientos que
se elevan. Los manuscritos que dejaron ayer
los faroles, anudanse.
Aeroplanos y cartilagos caminan a un poema y se
endereza el mastil de un buque despuès de un diluvio.
El buque era de goma.
Se escribe en la arena de un sol majestuoso.
Comunidades de lanzas en la hora de los buitres
deslizan nativas clepsidras en las frondas.
Lo inedito de las penumbras entre yacimientos de
timpanos donde reescribimos faro y boina, originan
un sentido.
Un astro entre columnas de osos nos muestra
un desfile de jaguares y el acertijo con pasos de
bahìa transformase en colina.
La flor caminando hacia el acido es una
fotosintesis.
La pèninsula es de simios en una escalada y màs
allà de los crateres un continente de polvo que en
las uñas sigue al infinito.
Plateas de agua donde vibra aquello que
alguna vez llamamos colosos.
Teorìas espumosas y eventualmente una noche
descifra la conciencia de la niebla, entre
catapultas de seda.
Extraño el trueno en una balanza. Caminan por la
noche los elementos junto a un recorrido
de visceras y plaquetas.
El lenguaje desnuda su ùnica metàfora llegando
asi a la hipnosis.
No asi nosotros que vemos el acero de los idolos
entre los precipicios.
No asi en esta calle de alas, de matices
y antorchas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario