sábado, 1 de noviembre de 2014

Respuestas





El oceano con su espejo de duna en la boca.
El contenido en ella de los dìas que vienen 
y van desde la arena formando el desierto.
El relato del agua en el pelo creando un sino
de agujas llamado devenir y horizonte. Los
musculos que la espuma dora en el interior
del agua y junto a esos mùsculos, el nervio
adormecido de la orilla, llegando ya entre
soldados de plomo olvidados por un niño. La
infancia escribimos tiene un acento ante el 
oceano que el lenguaje nombra mitologico.

Sòlo asi la magia y la alegorìa se crean. 

(por lo general a sì mismas)

Y cierto escrito, como una transcripciòn de 
ilusiòn y apariencia, que un mundo condiciona
en relentes u oasis de sueño como el eter
o los umbrales de la naturaleza donde èsta
regresa al mentòn con un molino o alguna
marea cuya trascendencia libera un arpa o
una mantis que disecandose, brota.

Cierto escrito como un lampo donde logramos
detener una cebra. Escrito que lima sudestadas
junto a un agujero o enumera batistas sin que
la divinidad tense una barricada en la fogata
semejante a una hoguera.

(eso estructura el simil)

Un tanto escrito, que propondrìamos un ser
debajo de las cenizas, para identificar el plazo 
que el lenguaje ofrece a la metafisica cuando
llueve o llega al oceano con la empresa de 
un soldado arrojado por un niño o la magia
de una alegorìa imitando a los parpados,
cegando silenciosamente las pupilas.

La responsabilidad en lo ùltimo no pertenece
al hombre. 

Las respuetas se encuentran en la mitologìa.



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