viernes, 1 de julio de 2016

Los Margenes de las Epifanías






Lo inasible es una brújula.
Su existencia elige sobre los margenes
deliberadamente, epifanías.
También, todo desdecimiento y las partes 
de un alfiler en la boca de un camello
que cede sin importancia su velero.

Lo inasible es un cabello -hay que decirlo- pero
sin la necesidad de escribir muy lejos de las cuevas
cuando todo espectro sólo anuncia otro.
Eso debe ser precisado.

También es un puerto donde los pulmones exponen
a la lluvia su sabiduría y los hilos se reconocen entre los
prismaticos de algún dirigible que sube por la arena.

Entre cavernas llenas de alegorías
o pisadas, allegadas a ortodoxos conjuntos de
velamenes o esquinas que de lejos
parecen amarillas.

Las estrofas pertenecen más a un diario de caballos
y las cronicas celestes de sus jinetes en ellos.

Lo inasible es una brújula.

En ocasiones las versiones por donde los sargazos
descienden al desprecio. Es diferente.

Una estrofa lo sabe.

También los neumaticos en cuyo interior esta 
mañana duerme una serpiente.

Sólo en ocasiones.

Esperando encontrarse -igual que lo inasible-
de noche con un mito.






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