sábado, 16 de julio de 2016

Visiòn de una Mariposa






Trascendental y frìo como un brazalete que
cuelga mitos en sus analogìas. Sedentario como un
velodromo lleno de azucar y nombres de polen.

Antiguo, igual a un sudario de bronce que imita a las
orillas de los aniversarios, con una veste naranja
llena de superlativas siluetas o neumaticos 
cubiertos en una hora imaginaria de lirios, en
el fondo profundamente dramàticos. Genealogicos
como un puesto de astros que muestran las calles
por las que cruzaron los guantes el invierno del
ala y de la fantasìa. El ruido de los escarabajos
en una lampara de barro, condicionada por los
abalorios de un tren con vagones impregnados
de rasgueos, de llamas y cobras que aùn por la 
tarde suponen himnos de escamas dormidas en
un huevo y los dinosaurios alados que sobrevuelan
los volcanes con escalofrìos que sòlo el sueño
puede tomar por la noche en los iris de los aspas.

Trascendental y mustio, lleno de origenes iguales
a los que tocan la madera. Igual a las melenas, a
las piedras donde los margenes son ofertorios y la
lluvia es un relieve automàtico, un himno todavia de
eter en una carta de anìs dirigièndonos a los
desengaños, al aura del todavìa y las orbitas, donde
lo secreto forma pañuelos por la noche que
la melodìa de la iridiscencia transforma en anfitriones.

Palabras de antarticas esferas donde los molinos
atraviesan el verso abandonado por los perdigones y
en secreto viajan a un desierto de huesos y manzanas.

A un desierto donde las abejas describen por la tarde
el viraje de miel en la acera, en las morgues donde
regresan acompañados de semàforos los capitulos, los
fragmentos de los cantos que son acuñados por la
experiencia en una rada, donde las metamorfosis hablan
de uvas o algo milenario encerrado en la espuma y
en las huellas de las coplas donde los objetos desvanecen
alguna de sus puertas.

Sòlo para que un lenguaje pueda cruzar, sòlo para que
esas silabas inmersas en territorios y regiones de 
gondolas dejen de decir de que lado del mar està
escondido el aceite y los uniformes largos de las dagas
que las ramas de los cipreces confunden con visiones
o circunferencias rodeadas de espesores, aquellos 
que oprimen siniestros espectros entre civilizaciones 
de hogueras.

Trascendental y frìo. Lleno de llamas.

Asi debe de ser para que poder observar una mariposa.













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