sábado, 23 de julio de 2016
Llegada al Sodio
Serà una especie de hoja, De monopolio con àngulos
en el sur y encrucijadas que llevan enunciados de
plasmas.
Serà como una forma de continente al cual arrojas
las estrellas y ese camino semejante en los rostros
de los druidas a un reflejo.
Allì inventaràs una luz ciega para apilar en las palabras
aquellas que el verbo convierte por la tarde
en dirigible. Miraràs a los troncos en su huida al
oxigeno siempre desde lo remoto.
Recorreràs al sol con el humo plateado de tus
sienes y lo reconoceràs por antiguas citas en los horizontes
de tus monarquìas. Tendràs un reino como los opalos
y las galletas.
Acariciaràs las escamas de iguanas y relojes en
tus hemisferios. Para ese entonces tendràs millones de
ellos ahogandose entre podios.
Diràs algunas palabras a los sabuesos.
Serà como un candelabro que junta los abanicos por
la noche entre alrededores de gasas.
Entre funerales y huellas que buscan una raìz en
el hierro y en la cultura del bronce dormido en los acantilados.
Serà igual que una primavera de dinosaurios en que
amanecen en la hierba sin conquistas porque aùn son màs azules.
En una galerìa de abanicos conjuraràs cristales que llegan
de los citoplasmas y las ferias.
Serà una especie de cartòn donde los graficos
recuerdan estelas con seres de cartulina en la nieve
pura y desalmada de la ira.
No tendràs que esperar a lo terrible porque ello siempre
llega, vestido de aluminio o frontera nos alcanza.
Concertaràs en los prismas citas con los vestibulos.
Un niño dirà que eras una nodriza buscando trigo en las cejas.
En los oceanos donde empiezan las pupilas con un tren que
ciertas mañanas fue indòmito. Igual a una cascara.
Seràs protagonista de la sal en las torres y veràs en una
de ellas las primaveras de tus amuletos.
Descubriràs nuevamente lo verosimil en una gaita.
En lo primordial colocaràs un patio.
Dormiràs segùn las coronas emplumadas de tu craneo.
Tropezaràs con los capitulos y los episodios de la luna
en tus mentones formaràn un estandarte.
Escribiràs un salmo en la rutina de los dioses
tomados de la idolatria por un gesto del lenguaje.
Arrastraràs ciudades alternativas.
Compuestos de hollìn en una intuiciòn.
Percibiràs gladiolos de brea.
Serà en una especie de hoja. En sus lineas y
tulipanes habrà crecido un tiempo que era para
los termometros.
-incluso la orilla bendecida por el aceite-
Entre planos de fisicas plumas y aerosoles
donde lo abstracto convierte en inmenso meridiano
una migraciòn.
Un paraje lleno de aceitunas y baladas que
forzaron a los himnos de derrochar en la arena
nada màs que adioses.
Serà en una especie de hoja con temporadas
de hipodromos.
Sè que seràs asi. Porque en ese entonces habrè
llegado al sodio.
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