martes, 31 de marzo de 2015

Raices Emplumadas





Despierto en el hollìn de las paredes.
En el acto del mineral que es siempre el mismo.
En la coincidencia bañada de tabernaculos.
En la gnosis del ritual que sueña para siempre.
Junto a la electricidad de un video.
Entre solfeos de una carnicerìa.
En una pelìcula de vidrio colgada por las moscas.
En un sobre de eter en los prismas.
Sobre una hoja de agua y sediciòn.
En los dones de algunos telescopios.
En las variopintas analogìas de las mariposas.
En una estrella donde analizan 
las densiometrìas.
Sobre destellos de relámpagos.
Despierto en las extinciones y extorsiones.
Admirado por todo secuestro de hierro
en la forma de un alfiler.
Trasladado por ningùn vellocino.
En la cabeza de una palmera abierta por
la noche.
En el reflejo.
En el resplandor traido por la nieve.
En la espiga marròn del hipotalamo.
En el cuerpo abierto en dos del cocodrilo.
Sobre la trinidad que tambièn es arrebolada.
Bajo los lenguajes que empiezan en los codos
del libro.
En la inercia disputada por los musculos al
vacìo.
En las universidades de una duna.
En la angustia de los inquisidores con misticas
ventanas.
En los desfiladeros marrones del betun.
Despierto en las muestras de estuarios
y los escarpines de lodo.
En los pàjaros que pasean a traves de la piel
su lenta oligarquìa.
En universos de rieles nunca democratizados
por los vagones.
En los jadeos de las anclas.
A los patios del mausoleo con devenires 
de purpura, hacia los lances y las
respuestas de panoramas 
con temporadas irrespirables de aceite.
Donde todo despertar forma
raices emplumadas.




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