domingo, 8 de marzo de 2015
Regreso al Oràculo
Es temprano. La araña desciende
del cordel con un orden misterioso.
La distancia hipnotiza catapultas
para dar forma a un estallido.
La flor es arqueada por el agua en uno
de sus cuchillos. Los liquidos se asemejan
a los dialogos que hay en una caverna
-entre el rìo que corre debajo de la tierra
y los manantiales secretos de la misma-
Edificios de barro que en la tarde suponìan
la suave angeologìa del fuego son ahora
ludicas formas de caballos.
Esperamos la sed de una alegorìa.
Aquellos espectaculos con las entrañas
y los nombres que cuelgan o desaparecen.
Afuera, los dragones ofrecen descripciones
de sutileza, mientras los sarcofagos son trechos
luciendo el añil de una cavidad.
Un espejo renace en la corazonada con himnos
de zafiros y lexicos de carbomes.
Tiempos semejantes a capitulos de limbos
sondean una platea, un trafico de derredores,
una formaciòn en la mente de lineas y halos
se convierte en el apuntalamiento del cirro.
Sobrenombres con temporadas de ceniza
y descenlace, àtomos que desde el universo
gotean alcanzando las mejillas
como dioses que un verano
reinaban en las colinas
como un templo,
uno de tramos con exactas cordilleras
para los vagones
de fortalezas semejantes a las condiciones
en las cuales toda mistica llega
del recogimiento
en un santuario
donde la palabra vuelve a su oràculo.
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