jueves, 19 de marzo de 2015
La Inflexiòn del Tallo
Subo a la casa donde las estampidas
eran de vidrio en el corazòn
y tales estampidas nos
conducìan a las ceremonias.
Sagrado el universo que aquì creabame
como si lograra ser un poema, un poema en
alguno de sus higados absoluto. Solitario.
-La distancia ha puesto un horizonte en
sus cordeles, donde la silueta de un
cipres semejaba una efigie-
Asciendo a esa casa de perspectivas
azules por la noche, buscando el tinte del
diamante como si ello fuera todo. Una casa.
Una casa del aguila con millones de inflexiones.
Camino a mis horoscopos.
Al encuentro con la verdad y la mentira.
Asciendo a las gacelas con ojos de oboe, de
barajas e hidrocarburos.
Al petroleo sobre la carne
disputando una piedra a los helechos.
A la locura mas subliminal de
nascientes estadios como el rigor
o la ley.
A la oraciòn de las gasas en su busqueda
de los arrecifes
(jamàs diferente al nuestro)
A la diferencia de un jardìn si era
comparado con otro.
A esa comparaciòn a la cual llegaba
cuando se rendìa un pètalo.
Y olvidaba el tallo.
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