domingo, 15 de marzo de 2015

Epìlogo de un Astronauta






En ocasiones, labra ese poema -donde
todo es silencioso- una colina de platanos.

Antiguo y sintètico piensa en las puas, en
la soledad de un marginal que no intuimos,
ni reconocemos; para tal marginal una ironìa,
una puesta de sol y dios, un epilogo de astronauta.

En ocasiones escribe el poema, con ese rigor analitico
de una utopìa en los cabellos; una utopia que habla de un
poemas màs, con un lenguaje totalmente diferente al que
anuncia el gallo o vaticina el desierto.

Un poema que no es metafisico, pero parece llegar
a esa lògica que posee la ontologìa de un patio.

Ese poema se asemeja mucho a esa casa, donde las
siluetas se encierran entre cipreses de transparencia
creciendo solitariamente en alguna de las mesas.

En ocasiones el acido en las manos que no es
un musculo de la lluvia, ni desenterramos todo lo
domestico que se puede ser entre el nacimiento
de una hieràtica mosca o la razòn practicando
silenciosamente un arte entre los elementos.

A lo ùltimo podriamos llamar como contrario
la ciencia que vemos en el aire.

Una ciencia que pertenece a una mosca.

La mayor parte de su vida està en el aire.



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