miércoles, 4 de marzo de 2015

Poesìa





Algo inusual en los eventos.
Un nucleo en el sol que conmemora la
existencia del azufre.
Las corrientes de azogue que dan forma 
a los bucles un verano.
La forma particular que tiene una vereda
de convertirse en selva.
El oasis.
El lienzo bañado de metamorfosis.
La sintesis del aspecto cuando duermen los
faroles y el color de un animal
desnudando un vellocino, nos muestra
una distancia de procesiones
o monticulos de nieve que
llegaron al verano.
Un tropico.
Un territorio semàntico de peces.
La escatologìa con que presiden los puertos
el oceano y los escarlatas
de un espigòn
en las gaitas de un sabor a expresiòn en
el cielo. 
Un no haber dormido casi nada en el agua.
Y haber tocado la silueta de un ancla 
por ello.
Un despertar que es inusual en la medida
que un pendiente retrasa la
llegada de los osos y las esquirlas 
imprimen en los fosiles
las narraciones del aura que nosotros 
quisieramos
llevadas por la fantasìa de un adoquìn
de un gesto purpura
o una campiña embarrada de porcelana
en el momento en que esta se derrite
y logra ser exacta como
los adoquines
como los iglus que recorren el 
deseo
mientras los relampagos del verano
nos ofrecen la mistica siempre
a lo lejos.

En un lugar de lana como los mitones.







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